miércoles, 27 de octubre de 2010

HITO 4 : CRISIS Y RECUPERACIÓN DEL CINE PERUANO (1980-1990)

CRISIS:

El cine peruano  a lo largo de su historia y vida  atravesó diversas etapas y situaciones, cada una de éstas con efectos, personajes y escenas  que ahora notamos y percibimos  en la actualidad, nuestro cine también fue víctima de  una gran crisis que iba a la par con nuestra situación social, cultural y económica que se presentaba a inicios de  los años 80s y que trajo consigo mucho desequilibrio y consecuencias en la producción, avance y estabilidad del cine peruano.

Una crisis es cualquier circunstancia o evento que amenaza la imagen y reputación de una institución,  en este caso el cine peruano, se vio afectado por la situación que atravesaba el país en ese momento, pues el Perú de los 80s sólo era imagen de terror, inestabilidad  y publicidad negativa. Muy poco se sabía de un plan anti- crisis y el caos se apoderaba de la ciudad y entorno, y nos recuerda con mucho dolor el daño vivido, las escenas de horror, pérdidas humanas, injusticias y  desastre poblacional, sin dejar de mencionar que afectó el desarrollo cinematográfico, y con los desastres provocados por el terrorismo se empezó a distinguir una característica más populista y de retrato de la realidad social del momento en la mayoría de las producciones.

Las producciones se fueron disminuyendo y paralizando, por medidas ya mencionadas, los cineastas afrontaban una etapa dura y de gran frustración, ya que la inspiración  del momento e ideas que querían transmitir y mostrar en escenas estaban siendo truncadas por la gran inestabilidad social. Muchos cineastas dejaron el país, y fueron en busca de mejor futuro.

RECUPERACIÓN:

Paulatinamente la crisis social, económica y el terrorismo fueron disminuyendo poco a poco  y la del cine también pero no del todo, los cineastas de la época se basaron e inspiraron en temas que atravesaba la ciudad, los materiales de producción fueron entrando a la ciudad.

Las películas que han retratado aquella época no sólo forman parte de lo acontecido en tales fechas sino también algunas de ellas se ubican entre lo mejor que ha dado nuestro cine.

Destaca el nombre de Francisco Lombardi con la película La boca del lobo (1988) como el primer filme peruano que hace mención explícita al conflicto. Basada en la masacre de campesinos perpetrada por una patrulla policial en 1983, uno de sus aciertos se encuentra en la no presencia de Sendero, en su invisibilidad como enemigo, lo que acentúa el clima de amenaza y tensión que se cierne sobre un destacamento militar asentado en una comunidad andina para combatir la subversión.

Lombardi  también nos muestra historias donde el conflicto entre clases, la crisis social, entre ellas, Muerte de un magnate (1980), Caídos del cielo (1990), Sin compasión (1994) y Bajo la piel (1996). Más adelante, las secuelas de la década fujimorista también serán objeto de relatos más explícitos, aunque cinematográficamente fallidos, como Mariposa negra y Ojos que no ven.

Sin duda un notable y destacable nombre es el de Mario Vargas Llosa nos regala la película de la cuidad y los perros (1985).

A mediados de los 80, un colectivo integrado por Fernando Espinoza, Alejandro  Legaspi, Stefan Kaspar, René Weber, Oswaldo Carpio, María Barea y Susana Pastor, entre otros, se propuso realizar películas ambientadas en los barrios pobres y marginales de Lima. El grupo Chaski, como se denominó, produjo Gregorio (1984) y Juliana (1986), dos interesantes miradas acerca de la problemática de los niños de la calle.

Alias "La Gringa" (1991) de Alberto Durant, con la construcción epidérmica de la masacre de la isla penal El Frontón de 1986, la cual sólo sirve de telón de fondo. Una mirada diferente a la insurgencia de SL es la que ofrece Marianne Eyde en La vida es una sola, Anda, corre, vuela... (1995), dirigida por Augusto Tamayo, cinta urbana de acción en la que huyen de policías y terroristas.

Coraje (1998), de Alberto Durant una visión y marco huella en nuestra vida, una película muy humana y real, María Elena Moyano, nos dejo esta lección de vida, y nos trasmite la profundidad de su  lucha contra Sendero.

A inicios del 2000 destacan las películas dev Paloma de papel (2003), Fabrizio Aguilar arma su historia que se ensambla como un largo regreso al pasado Días de Santiago (2004) de Josué Méndez. De momento los más sólidos de entre el grupo de directores jóvenes serían Josué Méndez, Aldo Salvini, Edwin Cavello y Claudia Llosa. El cine peruano a hecho un avance muy grande por la película La teta asustada, la primera película peruana que fue nominada a los premios de la Academia.




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